Me sorprenden los variados aderezos con que cubren sus cabezas, que por su simplicidad y naturalidad , encuentro muy decorativos realzando sus caras morenas y ojos oscuros, penetrantes. Los vestidos rojos y caras maquilladas de las niñas que casan con un dios, para que nunca se sientan viudas, aunque se les muera el compañero humano. Las sonrisas que les salen del corazón…