(06/04/2014)
Queridos amigos,
1. 1.- Desde mi ventana privilegiada en el Rte. La Dolce Vita, veo un conductor de rickshow con cara de mongol, que no consigue ningún cliente de todos a los que les ofrece su medio de transporte, encima contesta amablemente todas las preguntas que le hacen los despistados paseantes extranjeros. Va vestido tipicamente nepalí, pantalón y camisa atada al lado larga hasta casi las rodillas color crema, chaleco largo gris y gorro como bolsa invertida salmón y dibujos grises. Después de un ratito se va de vacío y aparece otro rickshow que consigue un cliente en 5 minutos. ¡¡¡Qué rabia me da!!!. Vuelve el mongol y después de otro ratito consigue una pareja extranjera. ¡¡¡Ya estoy tranquila ya me puedo ir del Rte.!!!
2.- Como ya he ido 3 veces a este Rte. me he tomado la libertad de decirles que las plantas medio muertas que tienen en sus ventanas que dan a una calle súper céntrica, desmerecen al Rte. que los que las vean creerán que él también está medio muerto. El gerente me quiere dar la mano en agradecimiento por la sugerencia, pero no se la doy porque voy a comer los trozos de mi pizza con la mano, porque cortarla es imposible con el cuchillo que tienen. Ya me lo decía mi tío, el hermano de mi madre, que no cambiara nada de las casas de mis amigos que visitaba.
3.- Por la ventana también veo a unos nepalís intentando vender unos violines de 30 cm. Y unas flautas de 50 cm. De las que sacan mejores sonidos que rupias que nadie les da por ellas.
4.- Siguiendo en el mismo Rte. y celebrando la fiesta semanal, he pedido un licor italiano típico dulce suave que no tengo ni idea del sabor que tendrá. Lo he hecho para alargar la sobremesa que me organizo yo sola, porque aparte de que es muy difícil encontrar buenas compañías, me encanta estar sola con mis pensamientos y saborear mis vivencias presentes y pasadas. Llega el “chupito” que es como un anís, le pido al camarero que me escriba el nombre del licor y además de SAMBUCA me escribe 6 líneas más en inglés con sus características, que no os escribo para no cansar al personal.
Y con este sabor dulzón me despido de vosotros deseándoos una ¡¡¡DOLCE VITA!!!
Fuerte abrazo de
Maria Villalba Badia.